Inspirado en un sello teotihuacano de barro del periodo clásico, nuestro corazón sangrante es la representación de un órgano desgarrado ofrecido a los dioses como alimento sacro. Este emblema toma la forma de un triskelion, un símbolo que muchas culturas han asociado con la energía y el constante movimiento universal. Este es el principio que nos guía a sanar los corazones lacerados por las experiencias de la vida.
Que cada cicatriz sea, por lo tanto, un testimonio de un pasado que, lejos de anclar, propulse al ser hacia una existencia más plena y armoniosa. Con un corazón restaurado y palpitante estemos prestos a reconciliar nuestro presente con el pasado y abrazar el futuro con esperanza y valentía.
Colaboración en el libro:
Trejo, J. (2024). “Coatepantli, memorial de un proyecto”. En la colección Coatepantli, editado por Joaquín Trejo, p. 70-71. Coatepec, Veracruz. México. https://coatepantli.com/